Un artículo de Lisete Osório, wine consultant
Desde tiempos inmemoriales, el vino ha sido un símbolo de celebración, cultura y tradición en diversas partes del mundo. En Europa, dos regiones vinícolas destacan por su rica historia, paisajes pintorescos y vinos de alta calidad: el Valle del Douro en Portugal y la Ribeira Sacra en España. Estas dos zonas, aunque separadas por una frontera geográfica, comparten similitudes en su enfoque hacia la viticultura heroica y la producción de vino, mientras que también exhiben diferencias que las hacen únicas y fascinantes. Ambas regiones tienen una larga história vitivinícola y comparten características geográficas similares, como terrazas escarpadas y condiciones climáticas favorables para el cultivo de la vid. Sin embargo, también existen diferencias significativas en términos de variedades de uva, estilos de vino y tradiciones vinícolas.
El Valle del Douro: Tesoro Vinícola de Portugal
El Valle del Douro, situado en el norte de Portugal, es una región vinícola de renombre mundial y uno de los destinos más icónicos para los amantes del vino. Designado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001, el Valle del Douro se extiende a lo largo de las sinuosas curvas del río Douro y está marcado por terrazas escalonadas que se elevan desde las orillas del río hasta las colinas circundantes.
La historia vitivinícola del Valle del Douro remonta a siglos atrás, con evidencia de producción de vino desde la época romana. Sin embargo, fue en el siglo XVIII cuando la región experimentó un renacimiento vinícola significativo con el labor de Donã Antónia Ferreira y la producción de vino fortificado conocido como «vino de Porto». Es conocido por una gran variedad de uvas autóctonas, incluidas Touriga Nacional, Touriga Franca, Tinta Roriz y Tinta Barroca, entre otras. Estas variedades se utilizan en la producción de una amplia gama de vinos, desde el icónico vino de Oporto hasta vinos tintos y blancos secos de alta calidad.
La Ribera Sacra: Joya Vinícola de España
En el lado español de la frontera, la Ribera Sacra emerge como una joya vinícola escondida en las tierras altas de Galicia, en el noroeste de España. Literalmente traducido como «Riberas Sagradas», este nombre evoca la combinación de espiritualidad y naturaleza que define la región.
La Ribera Sacra es conocida por sus terrazas heroicas, una hazaña de ingeniería agrícola que se remonta a la época romana, que se extienden por las laderas escarpadas de los valles fluviales del Sil y del Miño. Estas terrazas, construidas a mano a lo largo de siglos, no solo son impresionantes desde el punto de vista visual, sino que también son fundamentales para la viticultura en una región montañosa donde el cultivo de la vid sería prácticamente imposible de otra manera.
La viticultura en la Ribera Sacra está intrínsecamente ligada a la vida y la cultura de la región, con una larga tradición de producción de vino que se remonta a la época romana y ha sido mantenida viva por generaciones de viticultores locales. La espiritualidad también juega un papel importante en la vida de la Ribera Sacra, con numerosos monasterios y ermitas dispersos por el paisaje, algunos de los cuales tienen una larga historia de producción de vino por parte de los monjes que los habitaron.
Un Encuentro de Tradición y Diversidad
Aunque separadas por una frontera geográfica, el Valle del Douro y la Ribera Sacra comparten una pasión común por el vino y un profundo respeto por la tierra y la tradición. Ambas regiones son testimonio del ingenio humano y la capacidad de adaptación en entornos difíciles, así como del poder transformador del vino para unir a las personas y celebrar la vida. Explorar estas dos regiones vinícolas es embarcarse en un viaje de descubrimiento en el que se pueden apreciar tanto las similitudes como las diferencias que las hacen únicas y extraordinarias en el mundo del vino.