En la unión está la fuerza: la historia de las artistas rurales de Aragón

Hablamos con algunas de las mujeres que integran la asociación de Mujeres Artistas Rurales de Aragón, una iniciativa que busca dar a conocer propuestas artísticas de diversas áreas en su territorio, apostando por dinamizar la programación cultural con artistas locales

Es posible hablar de una cultura que escapa de los grandes eventos, empresas millonarias y fenómenos de masas. De hecho, la verdad es que es fuera de este “circuito mainstream” donde la cultura más se mueve, se regenera y se reinventa con iniciativas para todos los públicos y en todas las comunidades. Porque sí, si hay rural hay cultura y en el rural también hay muchas personas trabajando por ella. En el rural aragonés las mujeres artistas de comarcas rurales decidieron unirse y poner en valor su trabajo, con el objetivo de darse a conocer en su propia tierra y que las iniciativas culturales cuenten con ellas. Además, esta asociación, Mujeres Artistas Rurales de Aragón (MAR) es un núcleo de apoyo y compañerismo para ellas mismas, que comparten experiencias en el sector. “Cuando empezábamos sabíamos que había muchas compañeras en el rural de Aragón pero no sabíamos dónde estaban ni a qué se dedicaban”, recuerda Marta Gimeno, una de las fundadoras, sobre los orígenes de MAR. Lanzaron una campaña de búsqueda de artistas por redes sociales que fue todo un éxito, con centenares de mensajes de artistas.

En la actualidad completan esta labor de promoción mediante su catálogo disponible en la web (mujeresartistasrurales.es) con otras acciones, como festivales de pequeño formato en los que las artistas presentan sus propuestas. También realizan jornadas en el día de la mujer en las que además de ofrecer actividades culturales crean espacios de reflexión sobre las desigualdades en el sector.

Acrobacias para visibilizar a las mujeres de rural

En MAR hay ya más de 300 artistas que se unen para promocionar sus trabajos, visibilizar sus realidades e interconectar y desarrollar proyectos en común que contribuyan a dinamizar el medio rural, para no ser dependientes de las ofertas de las grandes ciudades. Es un colectivo diverso, con mujeres de disciplinas que abarcan el teatro, espectáculos, artes plásticas o música. El dúo de acrobacias “Cía. Tintilaina” es uno de los que integran MAR. Está formado por Mariona y Rosa, dos amigas y compañeras que viven en pueblos con menos de 100 habitantes. Trabajan juntas desde hace 20 años y hace 5 decidieron unirse en este proyecto. De forma autodidacta trabajan en nuevas propuestas que presentan por diferentes escenarios de la comunidad. “Hablamos de lo que son las relaciones humanas y el camino que hay que seguir para construir algo en común, que es un poco nuestra historia”, explica Mariona. Con el espectáculo Sincronía comenzaron a viajar de pueblo en pueblo y participaron en festivales u otros eventos. Ahora tienen en marcha otro proyecto con el que visibilizan las historia de mujeres que en el rural “lucharon por hacerse valer y que la sociedad las viera como algo más que una herramienta de trabajo”. 

Sobre MAR relata que “hacen un trabajo de ayudar a que las mujeres del ámbito rural den a conocer su arte”, algo necesario a pesar de que estar en el rural, señala, tiene ciertas ventajas. De todas formas, entre las dificultades o diferencias entre crear desde el rural o desde grandes ciudades, destaca la escasez de lugares en los que poder entrenar  y trabajar en los espectáculos.

Una dj desde el pueblo para los pueblos

En el ámbito de la música encontramos en MAR mujeres como Sara, conocida como Dj Luna Roja: “Me describo como Dj rural, ya que mi actividad principal se desarrolla en zona rural”. Sara vive en Ara, una aldea de poco más de 30 habitantes, donde tiene su estudio. “Parece que es más fácil ir a una gran ciudad para desarrollar mi carrera, pero para mí el triunfo es que me llamen de un pueblo para tocar en sus fiestas sabiendo que soy una dj mujer, de 46 años, que no pincho música que degrade a la mujer. Eso es el éxito”, cuenta Sara.  Para ella asociarse es importante ya que son artistas que se encuentran dispersadas en el territorio y juntas se dan a conocer para que los propios pueblos apuesten por ellas y no busquen alternativas de otros lugare o otros circuitos culturales: “A veces es más difícil darte a conocer en tu propio territorio que fuera”, explica la artista. De hecho esta fue una de las primeras iniciativas de MAR, recopilar información sobre las mujeres artistas de la zona, hablar con ellas y crear un catálogo y un mapa que recogiera sus propuestas. 

Un pequeño taller de cerámica con Alojamiento Creativo

Carmen Alicia Igual nació en un pueblo de Teruel de poco más de 100 personas y en ese mismo lugar decidió desarrollar su carrera como ceramista. Trabaja en esta área desde 1988, bajo la marca Cerámica Villa Rubei y durante estos años ha tocado varios estilos, adaptándose a los encargos y a las tendencias. Además, ha puesto en marcha los Alojamientos Creativos, con los que invita a pasar unos días de visita en el rural y aprender a hacer cerámica en su taller. “En esta trayectoria tuve años muy buenos y otros complicados, aunque en épocas de menos encargos aprovechaba para conciliar, siempre me fui adaptando, creo que esto es importante”, cuenta Carmen. La ceramista cuenta que vivir en el rural nunca fue una desventaja para ella y desde su pequeño taller ha trabajo con proyectos variados de dentro y fuera de la comunidad: “Al final es un planteamiento de vida, siempre te vas reinventando”.