Ontinyent, el pueblo que abrigó a la España del siglo XX

La localidad valenciana es el centro textil de la Comunidad Valenciana, con una industria que se consolidó en el siglo XX llevando mantas de fábricas como Paduana o Mora a todos los hogares. El Museu del Tèxtil de la Comunitat Valenciana guarda todo este legado

Hay ciertos elementos que permanecen escondidos, o desapercibidos, pero rápidamente nos transportan a un lugar en concreto. Cuando vemos, por ejemplo, esas vajillas de Duralex que ahora guardan los anticuarios o tiendas de segunda mano, seguro que muchos de nosotros vamos directos a la cocina de nuestros abuelos, o nuestros padres. Antes de que cierta empresa sueca dominara nuestros hogares, los símbolos eran otros. Esas vajillas o mantas con estampados de tigres, cebras o palmeras que dominaban y abrigaban los dormitorios de millones de personas. ¿Las recuerdas? Eran gordas y pesadas, abrigaban hasta en las peores circunstancias e incluso pasaron de generación en generación. Su origen está en Ontinyent, un pueblo del interior de la Comunidad Valenciana que era, y es, uno de los centros textiles de mayor importancia con una industria que vivió su mejor momento en el siglo XX caracterizándose por su calidad. 

Imagen de Jose Ramón Revert cedida por el Museu Textil de la Comunitat Valenciana

El Museu del Tèxtil de la Comunitat Valenciana recoge hoy este legado. Su sede se  encuentra en la antigua fábrica de Hilados Manuel Revert, situada en un enclave especial, junto al río Clariano. Desde 2022 este espacio tiene la finalidad de  investigar, coleccionar, conservar, interpretar y exhibir el patrimonio  industrial textil de todo el territorio valenciano. Una visita imprescindible para los que nos acercamos con la curiosidad de saber el origen de aquello que nos es tan familiar y también para las familias que recuerdan su pasado, o su presente, como trabajadores y trabajadoras de esta industria. Marta Berlanga, investigadora y técnica del museo, explica que Ontinyent ya era un referente en la industria textil en el siglo XIX, compitiendo con otras regiones como Cataluña, aunque es en el siglo XX cuando vive su gran momento, especialmente por la confección de mantas y otros textiles del hogar, como paños y sábanas. Fábricas como Paduana o Mora se hicieron populares en las casas españolas en los años 80 e incluso llegaron a la televisión con anuncios que inspiraban la suavidad o modernidad de sus tejidos. “Investigación, técnica, renovación y moda”, así definía un colorido spot de fábricas Mora su producto. 

«Ontinyent ya era un referente en la industria textil en el siglo XIX, compitiendo con otras regiones como Cataluña, aunque es en el siglo XX cuando vive su gran momento, especialmente por la confección de mantas y otros textiles del hogar»

Estas fábricas no solo llevaron el producto a lo largo y ancho del país, también industrializaron una zona históricamente dedicada a la agricultura, modernizándola y dándole a la población nuevas oportunidades y oficios, que se mantienen hasta el día de hoy, ya que Ontinyent sigue siendo uno de los lugares con más personas relacionadas con la industria textil. “Esta industria es un símbolo de identidad, forma parte del patrimonio. Para nosotros es muy bonito y un honor representar en el museo”, explica Berlanga. El museo inaugurará nuevos espacios este verano y en sus instalaciones podemos pasar por todas las fases de la industria textil, desde contemplar la maquinaria o los telares más tradicionales -entre los que destacan los que trabajaban la seda o el terciopelo-, pasando por muestrarios de productos. A través de estos objetos, que van desde el siglo XVIII hasta la actualidad, se construye un relato sobre los diferentes procesos artesanales para la producción de tejidos. Además, en un espacio accesible e inclusivo, con experiencias que abogan por la educación y el diálogo. 

“Esta industria es un símbolo de identidad, forma parte del patrimonio. Para nosotros es muy bonito y un honor representar en el museo”

Como parte del trabajo de recoger “la memoria colectiva” de las personas que formaron parte de esta industria, el museo lleva a cabo diferentes iniciativas relacionadas con la investigación y divulgación. En colaboración con otras instituciones como el ETNO -Museo Valenciano de Etnología-, entre otros, recogen testimonios de mujeres que trabajaron en fábricas textiles. Su presencia como trabajadoras era equitativa a la de sus compañeros, llegando a ser jefas de telares, aunque la mayoría de ellas solo pasaron por las fábricas durante su tiempo de solteras, abandonándolas al casarse por el hogar. El proyecto “Dones i Fàbriques” recoge estos testimonios para recuperar la memoria de estas mujeres, guardando sus entrevistas o creando lugares de encuentro en los que ellas mismas pueden compartir vivencias y explicar cómo trabajaban en aquellas fábricas. Igual que los telares que se exponen en el propio museo, este continúa tejiendo el pasado y presente de esta industria que marcó un antes y un después en la comarca. Un relato vivo del patrimonio industrial de un lugar.