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La Graciosa: la isla canaria en camino de ser 100% sostenible gracias a sus vecinos

Hartos de ser tierra de experimentos los vecinos de la isla canaria se unieron en la asociación El Sol de La Graciosa con el objetivo de ser autosuficientes a través de energía solar y conseguir ser una isla 100% sostenible.

Las Islas Canarias son tierra de contrastes. Los grandes paisajes volcánicos, las grandes superficies hoteleras; el dulce acento canario de los locales, las mil lenguas de los visitantes extranjeros; playas prácticamente vírgenes, grandes parques acuáticos… Y en medio de este mundo de posibilidades infinitas, un lugar, la “octava isla”, en el que la apuesta es única, sin matices. Quieren ser 100% sostenibles, generar su propia energía y poner el cuidado del territorio en el que viven por delante.

Bienvenidos y bienvenidas a La Graciosa. 

La Graciosa está separada por menos de un kilómetro de mar de la isla de Lanzarote, un estrecho que se conoce como El Río. Con poco más de 700 habitantes es todo un tesoro natural. Ahí no llegaron las grandes superficies hoteleras y gran parte de su territorio, salvo los dos núcleos habitados, está protegido como Parque Natural. Otras figuras de protección ambiental guardan el carácter único de la conocida como “octava isla”: Reserva de la Biosfera, Geoparque Mundial, Reserva Marina de Interés Pesquero, Zona de Especial Conservación y Protección para las Aves… En este escenario, los vecinos buscan un reto mayor, la autogestión energética 100% renovable.

 Hace poco más de un año varios vecinos se organizaron para crear El Sol de La Graciosa, una asociación civil que busca que sean los propios gracioseros y gracioseras los que administren los recursos de la isla, con una óptica de sostenibilidad y respeto hacia el territorio. “Creamos una comunidad energética. Nuestros objetivos primordiales son la mejora del entorno de la isla desde el punto de vista energético. Aprovechando las energías naturales para la mejoría de su uso en la isla”, explica Nahum Cabrera, presidente de la organización.

La idea surge del hartazgo de ser “conejillo de indias” de organizaciones públicas y privadas, que llegaban a la isla con ideas para implantar nuevas formas de generación de energía o proyectos de sostenibilidad, pero que una vez finalizados la abandonan, sin contar por el camino con la opinión de los locales. “Lo que pretendemos es tener nuestra propia energía y no depender de un cable submarino, ser independientes acorde al espacio natural en el que estamos”, resume Nahum. Además, desde la fundación de la asociación, todos los proyectos que se desarrollan en la isla cuentan con el beneplácito de los vecinos, para mantener “la organización y la coherencia de todo lo que se hace”.

“Creamos una comunidad energética. Nuestros objetivos primordiales son la mejora del entorno de la isla desde el punto de vista energético. Aprovechando las energías naturales para la mejoría de su uso en la isla”

Juntarse no fue fácil, pero lo consiguieron. En El Sol de La Graciosa están representadas todas las familias de la isla, así como las empresas: “Somos un grupo heterogéneo y variopinto donde están representadas todas las realidades y subrealidades de la isla”, explica el presidente .

Vecinos y vecinas que forman parte de la asociación El Sol de La Graciosa

Tienen un objetivo ambicioso, pero respaldado. Forman parte del proyecto Clean Energy for UE Islands, junto a otras 29 islas europeas, con el objetivo de ser 100% renovables en 2030 y, según nos explican desde la asociación, de las pocas con posibilidades reales de conseguirlo. La pregunta más evidente es cómo lo harán. Pues con uno de los mayores atractivos de las Islas Canarias, el sol del que disfrutan todo el año: “Utilizaremos únicamente la energía solar, porque no es invasiva. Tenemos azoteas suficientes en terreno ya construido. Según un estudio, con menos del 10% de azoteas de La Graciosa con placas solares nos sobraría energía en cantidades gigantescas. Además, adaptamos la inclinación de los paneles solares y los ponemos más planos para reducir su impacto en el tránsito del aire, y con ello de la arena, para que no afecte al entorno. Adaptamos las energías verdes a la realidad de la isla”.

El suministro de energía y agua en la actualidad se sostiene en los cables submarinos que unen La Graciosa con Lanzarote, donde se genera esta energía. En el caso del agua, desde El Sol de La Graciosa proponen tener una segunda planta desalinizadora, también como precaución en caso de que falle la primera o como respaldo en posibles épocas de sequía.

«Con menos del 10% de azoteas de La Graciosa con placas solares nos sobraría energía en cantidades gigantescas«

Y con el sol, también llega el turismo, el principal sustento económico de la isla, cuya tradición pesquera está prácticamente desaparecida. Las grandes multitudes y la protección del medio ambiente no se llevan muy bien, por lo que este es otro punto de mira para los miembros de El Sol de La Graciosa. Nahum explica que diariamente llegan a la isla entre 3.000 y 4.000 personas, una cifra que puede llegar a los 8.000 en temporada alta. Al haber poca planta de alojamiento, ya que no hay hoteles, solo apartamentos, es un turismo de ida y vuelta. “Estamos intentando ser sostenibles también en este sentido, haciendo un posible estudio de carga turística, para determinar cuál es el límite”, explica Nahum. Consciente de que la mayoría de los vecinos viven del turismo “directa o indirectamente” también apuestan porque la industria sea respetuosa, por ejemplo en los últimos años se crearon varias empresas de alquiler de bicicletas

Los retos de La Graciosa son múltiples y ambiciosos, pero tienen claro que “si no lo conseguimos en una isla de 700 habitantes, es difícil que se consiga en otro lado”. Y el proyecto, que está sembrando los resultados del futuro, ya es una fuente de inspiración. Por otra parte, desde El Sol de La Graciosa demuestran que cuando la sociedad civil se organiza su voz cuenta mucho más, ya que ahora todos los proyectos que buscan asentarse en la isla piden su consejo y aprobación. Un ejemplo de cuidado del territorio y visión de futuro para seguir de cerca.